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El Cáncer, una mirada diferente

El Cáncer. Una mirada diferente.

Karen E. Padilla Anaya


Para entender el cáncer hay que comprenderlo primero desde lo biológico. Nuestro cuerpo está formado por células, cada una tiene un proceso natural de división, y cuando hay algunas dañadas (que es lo normal) tenemos una “apoptosis” o muerte celular. Pero, si la célula dañada no muere y sigue dividiéndose, se forma el cáncer.


No quiero entrar en controversia, y antes de continuar con el artículo me gustaría aclarar que respeto profundamente a las personas que no creen o no se acercan a “alternativas” y están sólo con medicina tradicional, la intención de esta publicación no es hacerte cambiar de opinión, es platicarte cómo una de esas “alternativas” ve la enfermedad.


Ahora sí, la enfermedad o los malestares físicos, los vemos como sintomatizaciones.

En el Centro Comunitario donde doy terapia, cada vez me sorprendo más de los pacientes que llegan “recomendados” por sus médicos, pues cada vez más doctores están acercándose a que las enfermedades pueden (o tienen) un origen emocional y las opciones terapéuticas favorecen el tratamiento de los pacientes.


El Dr. Hamer es un doctor que sin tener precedentes médicos, tras asesinado su hijo, desarrolló un cáncer de testículo que lo llevó a investigar y crear la Nueva Medicina Germánica con sus cinco leyes biológicas, que a pesar de haber sido muy criticadas, básicamente proponen que las enfermedades graves se originan por un acontecimiento inesperado (un shock) de gran intensidad que además es vivido en soledad.


Por otro lado, Wilhelm Reich proponía que el terreno en el que se desarrollaba el cáncer es la resignación emocional. La desesperación no es lo mismo que la resignación emocional ya que la desesperación no existe sin esperanza. Cuando la esperanza se pierde, la desesperación se vuelve resignación.


Como estas propuestas, existen muchas ideas alternativas respecto a las enfermedades y pienso que todas son válidas. Cada ser humano es diferente, así como las enfermedades, impredecibles y únicas, por lo que te invito a acercarte a la perspectiva de la Bioenergética, Constelaciones Familiares, Tanatología etc. Hasta que encuentres tu respuesta.


En terapia hacemos la pregunta ¿Qué te quiere decir esta enfermedad? O ¿Si esta enfermedad pudiera hablarte, qué te diría? Y es un proceso individual encontrar las respuestas. No me atrevo a afirmar que con terapia se cura el cáncer, pero sí el alma. En la Gestalt creemos que somos seres holísticos, por lo tanto todo afecta el todo, no somos partes, así es que sanar el alma, es sanar a la persona en su totalidad.


El cáncer es una enfermedad que surgió en personas muy queridas para mi y que hoy ya no viven. Hoy veo el cáncer de una manera diferente y si bien no agradezco que lo hayan padecido, agradezco el tiempo que sí me dio para amar, acompañar y despedirme. Pues no sobrevivieron la enfermedad.


Cualquier enfermedad mortal, mueve profundamente al paciente, a familiares y amigos. Es enfrentarnos ante la inminente realidad de que todos morimos. Es preguntarnos porqué a él/ella, es odiar una enfermedad. Muchas personas sí sobreviven a la enfermedad, lo cual a mi parecer es una ganancia doble, pues deja un aprendizaje para el paciente y para la familia, le da un nuevo valor al estar vivo.


Sin embargo, acompañar a una persona con cáncer (o enfermedades mortales) en su transitar por el tratamiento indicado por los médicos no es sólo algo de empatía, de demostrar tu apoyo, tu cariño, tu incondicionalidad, es también la oportunidad de revisar cosas en ti, el valor que le das a la vida, a las personas que te rodean y que muchas veces asumes que estarán ahí siempre, a la salud que das por un hecho y no cuidas.

Las desgracias en el momento se ven así, como desgracias, cosas terribles, que no podemos o logramos entender, aceptar. Sin embargo, desde una mirada amorosa, una enfermedad es una pérdida, la pérdida del bienestar, de la salud, juventud, vitalidad, etc. Pero toda pérdida también tiene un regalo, como lo hablé en el artículo del duelo. Y aunque sea difícil verlo, cuando logramos encontrar ese regalo, ese aprendizaje, el cáncer y cualquier enfermedad de pronto tiene una mirada diferente.

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